CONSEJOS PARA ENCONTAR TU BASE DE MAQUILLAJE PERFECTA


Un momento temido por todas las mujeres es ese en el que se te agota la base de  maquillaje. Si se está contenta con él y has dado con el adecuado, lo más normal es que se siga fiel al mismo y no habrá ningún tipo de problema, pero si no es el caso o por otras circunstancias hay que cambiarlo habrá que vivir la experiencia tan temida por las mujeres(por lo menos en mi caso), de llegar a la tienda  y ponerse manos a la obra para dar con la base de maquillaje perfecta para nuestro tono de piel. Y es que tan solo ver el establecimiento repleto de stands llenos de infinidad de marcas, ya nos metemos en la duda de que base nos ira mejor.
En la mayoría de las ocasiones se recurre al típico truco de comenzar a probar tonos en el lateral de la mano hasta que uno se decanta por el color que más gusta. Sin embargo, esto no debería ser así y la búsqueda de la base de maquillaje perfecta tendría que seguir los siguientes pasos:

1.
Conocer nuestro tipo de piel

Antes de salir corriendo a comprar el maquillaje, lo primero que se debería conocer es qué tipo de piel tenemos, para de ahí saber qué acabado es el nuesto: luminoso, hidratante o mate. Pero, ¿cómo determinamos cuál es la nuestra?
Las pieles secas están faltas de hidratación, por lo que habitualmente están apagadas y necesitan una base que aporte un plus de hidratación y luminosidad.
Las pieles mixtas se identifican porque son grasas en la zona conocida como T, que abarca la frente y la nariz, y la barbilla, a la vez que se muestran secas por las mejillas. Si es tu caso no tendrás muchos problemas, ya que podrás adaptarte bien a cualquiera de las bases.
Por último, las pieles grasas son aquellas que se perciben muy brillantes, son muy espesas y tienen los poros muy dilatados. Para las personas de este grupo, su base será una mate sin grasa.



2.
 Que textura  de maquillaje comprar.

Dado el primer paso y con el tipo de piel identificada es hora de elegir la textura de la base que más guste y que, evidentemente, vaya acorde a la edad de la piel.

Bases fluidas: Éstas se adaptan a cualquier tipo de piel y están en el mercado tanto en versiones mates como luminosas. Para las pieles mixtas, las ideales son las de acabado mate. Eso sí, no hay que olvidarse de echarse una crema hidratante antes de aplicar la base.
Bases cremosas: normalmente son ligeras y funcionan muy bien si quieres esconder imperfecciones e igualar el tono de la piel. Este tipo de bases van muy bien para las pieles secas, ya que con ellas darán la sensación de estar más hidratada.
Bases en polvo: Son ideales si quieres una imagen fresca y con color. La cobertura que suelen ofrecer es ligera, de ahí que tu rostro no debe tener muchas imperfecciones, porque básicamente lo que hará será unificar tu tono de tu piel

3.
Determinar el matiz de la piel

Es otro aspecto que se debe tener en cuenta para poder dar con esa base de maquillaje idónea. Así, hay que conocer que existen tres opciones de matices: frío (el color de la piel tiende a rosa, rojo o azul), cálido (el tono tiende a amarillo o anaranjado) o neutro (es una mezcla de los anteriores).

Un truco para saber cuál es el matiz de la piel consiste en mirar las venas de la muñeca y en función de su color así será el matiz de piel. Es decir, si las venas son verdes, el matiz de la persona será cálido, si las venas son azules, el matiz será frío y si éstas son de un tono verde azulado, el matiz de piel será neutro.

4.
Dónde probarme la base

Este es otro de los puntos de debate habitual. ¿Mano o cuello? Lo ideal, sería en el cuello, ya que el color de esta zona del cuerpo se asemeja más a la de la cara, puesto que las manos o brazos están más expuestos al sol y su color puede puede variar bastante respecto al de la cara.





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